En Colombia, en el país de los múltiples debates y de las múltiples posiciones (siempre a
la órden de los intereses particulares), está puesto sobre la mesa el tema
de la adopción gay: Se discute sobre la posibilidad que tendrían las parejas
homosexuales de adoptar niños en igualdad de derechos a las parejas
heterosexuales.
Durante
varios meses muchos hemos visto pasar ante nuestro ojos, en silencio,
todo tipo de comentarios a favor y en contra de la adopción igualitaria;
algunos corteses y bien argumentados, y otros francamente
irrespetuosos, de muy bajo nivel y sin ningún tipo de sustento legal,
científico o psicológico.
Hemos
llegado al punto de sentirnos como en una corrida, permanecemos pasivos
desde la confortable barrera del silencio esperando a ver qué lado
entierra la próxima estocada en esta guerra que se ha formado entre
homofóbicos y defensores del igualitarismo, entre homosexuales y
heterosexuales, entre heterosexuales y heterosexuales, entre padres e
hijos, entre amigos y amigas.
(Y los niños ahí: cada día abandonan en promedio cinco (5) niños en Colombia, ¿Es la adopción igualitaria la solución?).
(Y los niños ahí: cada día abandonan en promedio cinco (5) niños en Colombia, ¿Es la adopción igualitaria la solución?).
En realidad pocos son los que se atreven a defender voz en cuello alguna de las dos posiciones, ¿Por qué callamos?
¿Por qué callamos?
Quizás porque todos tenemos como mínimo un familiar, un amigo, un
conocido o una persona que admiramos por su gran calidad humana, que es
homosexual, que por serlo no ha perdido la dignidad de ser respetado y
tratado como un igual; un ser humano que está en todo su derecho de ser
padre o madre, de amar y ser amado por su pareja, por sus hijos, por la
sociedad.
¿Por qué callamos?
Quizás porque muchos hemos sido criados bajo el concepto de familia
tradicional: Mamá, papá e hijos, y sentimos que ese es el orden natural y
así debe permanecer.
¿Por qué callamos?
Quizás porque reconocemos que son demasiados los
niños abandonados, en estado de vulnerabilidad, faltos de afecto y
cariño, y nos rehusamos a ser nosotros los que les neguemos abiertamente
la oportunidad de
crecer y ser felices en un hogar, así sea homoparental.
¿Por qué callamos?
Quizás porque para esta sociedad tradicional colombiana todo es nuevo y
es muy difícil aceptar los cambios que se han dado en la sociedad
mundial. Quizás porque llevamos siglos haciendo y aceptando lo mismo.
Quizás porque sabemos que somos unos intolerantes y vemos con horror el
día en que esos niños sean víctimas del matoneo por ser hijos de
homosexuales.
¿Por qué callamos?
Quizás porque muchos nos encontramos en la misma encrucijada, en esa
delgada línea donde descansan todos nuestros miedos, nuestros prejuicios
religiosos y sociales, nuestras tradiciones. Quizás porque nos
enfrentados a la realidad palpable de que hay un grupo de seres humanos
homosexuales que quieren dar amor y muchísimos niños más que están
ávidos de recibirlo. Quizás porque es tanta la diversidad de conceptos
científicos que no sabe uno a quién creer.
Ni
la misma Corte Constitucional ha
logrado ponerse de acuerdo y ha dejado la decisión en manos de un
Conjuez. Una sola persona marcará los destinos de miles de parejas
homosexuales y de niños abandonados que están en lista de espera para su
adopción. Tal vez haya llegado el momento también de preguntarnos
todos: ¿Yo
que haría de
tener en mis manos la facultad y la responsabilidad de tomar la decisión
de aprobar o no la
adopción igualitaria en Colombia?
Sé que somos muchos los que nos hayamos en la misma
disyuntiva, que encontramos muy difícil tomar una decisíon.entre tantos argumentos a favor y en contra de la adopción igualitaria.
Es más cómodo sentarse a ver los toros desde la barrera. Es más fácil permanecer en el silencio. Es más fácil esperar a que otros tomen la decisión.
Es más cómodo sentarse a ver los toros desde la barrera. Es más fácil permanecer en el silencio. Es más fácil esperar a que otros tomen la decisión.
Por aquí dejo unos cuantos enlaces de interés:
8.000 niños aptos para ser adoptados en Colombia
Estadística Programa de Adopciones ICBF
Niños sin esperanza de ser adoptados - Artículo Revista Semana
8.000 niños aptos para ser adoptados en Colombia
Estadística Programa de Adopciones ICBF
Niños sin esperanza de ser adoptados - Artículo Revista Semana