Por estos días el gran escándalo, entre tanto escándalo en Colombia, es el pésimo resultado de la evaluación de nuestros estudiantes y docentes en las Pruebas PISA, sigla en inglés para el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes. Resultado tristemente compartido con la mayoría de países latinoamericanos, para consuelo de tontos.
Y es que no puede ser más aterrador para un país que el pensar que su futuro está en manos de personas con resultados tan desalentadores que evidencian, entre otras cosas, la falta de voluntad política para diseñar, invertir y ejecutar programas educativos eficaces y eficientes en un país con tanta riqueza despilfarrada en corrupción y guerra, el desinterés de la gran mayoría de los docentes por prepararse permanentemente para educar y ajustarse a la nuevas necesidades de formación, la cultura facilista que ha permeado nuestra sociedad y que ha hecho mella en la mayoría de nuestros adolescentes, entre los cuales la ley del mínimo esfuerzo es la que pulula, y la mirada complaciente o impotente de muchos padres ante esta situación.
El problema de la educación en Colombia no se le puede achacar solamente al gobierno nacional ni a los profesores, es una responsabilidad de toda la sociedad: de gobernantes, docentes, padres y alumnos, y también de los que no somos padres. Por lo tanto es nuestro deber darle una mirada objetiva a todos esos aspectos en los que hemos estado fallando.
La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX - Fuente: Banco de la República.
Ahora sé que fuimos pocos los que tuvimos la fortuna de estudiar y prepararnos para la vida en instituciones educativas con un alto nivel de exigencia académica, donde valores como la disciplina, la responsabilidad y el respeto eran fundamentales en las relaciones con los profesores, los demás alumnos, el país y la sociedad. Sin embargo no tengo ni idea en qué momento eso cambió... es cierto que la cobertura educativa ha aumentado, no así bien lo ha hecho la calidad, pero este artículo no se trata de debatir sobre eso...eso se lo dejo a los expertos.
Hace poco escuchaba a un gran amigo, un par de años mayor que yo, hablar de varias cosas que me parecieron fundamentales para entender parte del problema actual; lo que más me llamó la atención fue lo que él denominó el "síndrome de la psicóloga amorosa" señalando enfáticamente que eso es lo que tiene fregado a este país en términos de educación y convivencia. Según su teoría, al ser tan laxos con el "libre desarrollo de la personalidad" de nuestros jóvenes (derecho consagrado en la Constitución Nacional de 1.991); la educación, o más bien, los educadores (padres y docentes) se han quedado sin herramientas para exigir disciplina y, sobre todo, respeto a su autoridad.
Para terminar recuerdo esta anécdota familiar: Un día mi hermano menor llegó muy ufano del colegio a mi casa, tendría no más de 8 años, y con un "tonito" altivo le dijo a mi mamá, como gran cosa, que ese día le habían enseñado TODO sobre los derechos de los niños y que él ya sabía que podría quejarse ante el Instituto de Bienestar Familiar de cualquier atropello que cometieran mis papás (Por atropello léase cualquier llamado de atención correctivo que le hicieran). La respuesta de mi mamá fue: - Si? Pues que quede bien claro, los derechos de los niños de esta casa terminan en la puerta, donde empiezan los de los papás -. Fin de la discusión.
Algunos enlaces interesantes:
Seis pasos para entender las pruebas PISA - Revista Semana.
Así son las preguntas de la 'vida cotidiana' en las pruebas Pisa - El Tiempo
¿Por qué le fue mal a Colombia en las pruebas Pisa? - El Tiempo
Libre Desarrollo de la Personalidad - La Salle Instituto San Carlos Medellín.
Educación para la paz - Ministerio de Educación Nacional.
El para qué de la Robótica Pedagógica - Colombia Digital.
Y es que no puede ser más aterrador para un país que el pensar que su futuro está en manos de personas con resultados tan desalentadores que evidencian, entre otras cosas, la falta de voluntad política para diseñar, invertir y ejecutar programas educativos eficaces y eficientes en un país con tanta riqueza despilfarrada en corrupción y guerra, el desinterés de la gran mayoría de los docentes por prepararse permanentemente para educar y ajustarse a la nuevas necesidades de formación, la cultura facilista que ha permeado nuestra sociedad y que ha hecho mella en la mayoría de nuestros adolescentes, entre los cuales la ley del mínimo esfuerzo es la que pulula, y la mirada complaciente o impotente de muchos padres ante esta situación.
El problema de la educación en Colombia no se le puede achacar solamente al gobierno nacional ni a los profesores, es una responsabilidad de toda la sociedad: de gobernantes, docentes, padres y alumnos, y también de los que no somos padres. Por lo tanto es nuestro deber darle una mirada objetiva a todos esos aspectos en los que hemos estado fallando.
–¿Y vos quién sos para distinguir lo que está bien de lo que está mal? –Una persona con criterio. Encantado.
— Bosnio (@el_bosnio) January 4, 2013
Recuerdo que "en mi época", cuando era estudiante de colegio (desde finales de los70s hasta principios de los 90s), me sentía súper orgullosa de vivir en uno de los países con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, eso decían! Claro, desde mi pequeño mundo de privilegios yo no tenía en ese momento en cuenta que la cobertura educativa en Colombia era muy baja y que yo pertenecía a ese exiguo grupo de ciudadanos que tenía acceso a educación de calidad gracias al gran esfuerzo de nuestros padres por proveernos de lo mejor que ofrecía el sistema educativo privado de esos tiempos. La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX - Fuente: Banco de la República.
Ahora sé que fuimos pocos los que tuvimos la fortuna de estudiar y prepararnos para la vida en instituciones educativas con un alto nivel de exigencia académica, donde valores como la disciplina, la responsabilidad y el respeto eran fundamentales en las relaciones con los profesores, los demás alumnos, el país y la sociedad. Sin embargo no tengo ni idea en qué momento eso cambió... es cierto que la cobertura educativa ha aumentado, no así bien lo ha hecho la calidad, pero este artículo no se trata de debatir sobre eso...eso se lo dejo a los expertos.
Hace poco escuchaba a un gran amigo, un par de años mayor que yo, hablar de varias cosas que me parecieron fundamentales para entender parte del problema actual; lo que más me llamó la atención fue lo que él denominó el "síndrome de la psicóloga amorosa" señalando enfáticamente que eso es lo que tiene fregado a este país en términos de educación y convivencia. Según su teoría, al ser tan laxos con el "libre desarrollo de la personalidad" de nuestros jóvenes (derecho consagrado en la Constitución Nacional de 1.991); la educación, o más bien, los educadores (padres y docentes) se han quedado sin herramientas para exigir disciplina y, sobre todo, respeto a su autoridad.
Siempre he creído que tener hijos es una gran responsabilidad que no se reduce al hecho de proveer su alimentación, salud y educación formal, que va más allá, a lo más importante, que es procurar que en el proceso seamos capaces de formar niños responsables, valiosos, con criterio, adultos que generen impactos positivos en sus comunidades y por tanto, personas de paz.
Cada vez veo más parejas jóvenes, con hijos en edad de iniciar su etapa escolar, preocupadas no tanto por la calidad académica de los colegios en cuyas manos confiarán parte de su responsabilidad de educar, sino haciendo una revisión juiciosa del sistema educativo, especialmente en lo que atañe al modelo de formación en valores éticos, como principal determinante de su elección. Eso me alegra!
Es la respuesta natural de una generación que fue criada con amor pero también con disciplina, que ha visto ante sus ojos como nuestra sociedad al parecer ha perdido el sentido de qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, y donde los "valores estéticos" han ganado primacía sobre los éticos. Una generación que entiende que el futuro de sus hijos no depende de la cantidad y calidad de los conocimientos que adquiera, sino de la verdadera preparación para vivir en sociedad. Una generación de padres que ha logrado entrever que si se cultivan valores éticos sus hijos serán excelentes en cualquier cosa que se propongan.
En el fondo la mayoría de los que nos preocupamos por el futuro del mundo soñamos para las nuevas generaciones eso que se ha llamado "Educación para la paz" que se define como el proceso de adquisición de los valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para conseguir la paz, entendida como vivir en armonía con uno mismo, los demás y el medio ambiente. (Wikipedia)
En medio de la negociación de los acuerdos de paz con las Farc es bueno preguntarse qué es lo que necesita Colombia en materia de educación, especialmente, en un futuro de postconflicto - si Dios, sus gobernantes y sus ciudadanos queremos -: ¿Educar con cobertura y calidad, educar para la PAZ, o las dos?
Es la respuesta natural de una generación que fue criada con amor pero también con disciplina, que ha visto ante sus ojos como nuestra sociedad al parecer ha perdido el sentido de qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, y donde los "valores estéticos" han ganado primacía sobre los éticos. Una generación que entiende que el futuro de sus hijos no depende de la cantidad y calidad de los conocimientos que adquiera, sino de la verdadera preparación para vivir en sociedad. Una generación de padres que ha logrado entrever que si se cultivan valores éticos sus hijos serán excelentes en cualquier cosa que se propongan.
En el fondo la mayoría de los que nos preocupamos por el futuro del mundo soñamos para las nuevas generaciones eso que se ha llamado "Educación para la paz" que se define como el proceso de adquisición de los valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para conseguir la paz, entendida como vivir en armonía con uno mismo, los demás y el medio ambiente. (Wikipedia)
En medio de la negociación de los acuerdos de paz con las Farc es bueno preguntarse qué es lo que necesita Colombia en materia de educación, especialmente, en un futuro de postconflicto - si Dios, sus gobernantes y sus ciudadanos queremos -: ¿Educar con cobertura y calidad, educar para la PAZ, o las dos?
Para terminar recuerdo esta anécdota familiar: Un día mi hermano menor llegó muy ufano del colegio a mi casa, tendría no más de 8 años, y con un "tonito" altivo le dijo a mi mamá, como gran cosa, que ese día le habían enseñado TODO sobre los derechos de los niños y que él ya sabía que podría quejarse ante el Instituto de Bienestar Familiar de cualquier atropello que cometieran mis papás (Por atropello léase cualquier llamado de atención correctivo que le hicieran). La respuesta de mi mamá fue: - Si? Pues que quede bien claro, los derechos de los niños de esta casa terminan en la puerta, donde empiezan los de los papás -. Fin de la discusión.
Dedicada con cariño a @desde_el_rio y a mi amigo Santiago,
con sus "teorías educativas" me inspiró a escribir estas letras.
Algunos enlaces interesantes:
Seis pasos para entender las pruebas PISA - Revista Semana.
Así son las preguntas de la 'vida cotidiana' en las pruebas Pisa - El Tiempo
¿Por qué le fue mal a Colombia en las pruebas Pisa? - El Tiempo
Libre Desarrollo de la Personalidad - La Salle Instituto San Carlos Medellín.
Educación para la paz - Ministerio de Educación Nacional.
El para qué de la Robótica Pedagógica - Colombia Digital.